Los ODS y su impacto en la cadena de suministro

 Cada vez nos resulta más familiar escuchar hablar de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y de la Agenda 2030, pero ¿qué son esos objetivos? ¿Y cómo pueden afectar a la cadena de suministro de las empresas? Pues vamos a intentar explicarlo.

Para empezar, los ODS son la materialización de un acuerdo internacional alcanzado en 2015 por los países miembros de las Naciones Unidas y que incluye un total de 17 objetivos y 169 metas que persiguen fundamentalmente la lucha contra la pobreza, el cuidado del planeta y la reducción de las desigualdades.

Esos Objetivos de Desarrollo Sostenible se han ido incorporando durante los últimos años al tejido empresarial español y mundial y, sin lugar a duda, la cadena de suministro es uno de los campos en los que los ODS están impactando de forma más importante.

La gestión de la cadena de suministro, en un principio, se basaba fundamentalmente en la reducción de costes en materias primas y transporte. Posteriormente apareció el concepto de calidad, donde se tenía en cuenta la cadena de valor y la respuesta del cliente o consumidor final ante un determinado proceso de compra y logística. Pero de un tiempo a esta parte, la gestión de la cadena de suministro ha empezado a incorporar conceptos ambientales, sociales y de gobierno, algo que no había sucedido nunca.

Temas tan importantes y globales como la lucha contra el cambio climático han llevado a las organizaciones empresariales a interesarse por la sostenibilidad y a incorporar esos nuevos valores no sólo en su gestión interna sino también con sus proveedores, ya que esa es la única forma de asegurarse que su producto final sea de calidad y cumpla con esos requerimientos mínimos a nivel medioambiental, social y de buen gobierno.

Y para que la gestión de la cadena de suministro esté alineada con los ODS es necesario fijar e implementar unos objetivos organizacionales claros que aporten a esos objetivos de desarrollo sostenible.

¿Qué Objetivos de Desarrollo Sostenible pueden abordarse desde la cadena de suministro?

– ODS 9: Industria, innovación e infraestructura. Se puede contribuir mejorando los embalajes y sus diseños (ecodiseño, etc.) así como su distribución.

– ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles. Según indica el el ODS 11.2., debe trabajarse para un acceso a sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles, lo cuál incluye tanto el transporte público como el privado.

– ODS 12: Producción y consumo responsables. Según marca el ODS 12.2., se ha de buscar la gestión sostenible y el uso eficiente de los recursos naturales, lo cuál entronca con la economía circular, produciendo, por ejemplo, envases reciclados y reciclables, reutilizables, hasta agotar su vida útil, con el fin de conseguir el residuo cero.

ODS 13: Acción por el clima. Se debe actuar sobre la minimización de la huella de carbono, tanto a través de la producción, como del transporte y activar medidas compensatorias. Acciones de última milla, disponer de almacenes con stock cerca de las ciudades, trabajar en las rutas para hacerlas lo más eficientes posible. Desarrollar acciones formativas para trabajadores y proveedores sobre los ODS para sensibilizarlos sobre la necesidad de luchar contra el cambio climático.

– ODS 17: Alianzas para lograr los objetivos. Según el ODS 17.11., fortalecer la movilización de recursos internos, incluso mediante la prestación de apoyo internacional a los países en desarrollo [..]. Eso implica el alcanzar una mejora legislativa en términos medioambientales para que la comercialización, a nivel de exportación principalmente, sea viable en cuanto a su participación en tratados a nivel internacional.

¿Pasos a seguir para obtener una cadena de suministro más sostenible?

Recordemos que si el objetivo que perseguimos es minimizar el impacto medioambiental y la huella de carbono producida en el desarrollo de la actividad de la empresa a lo largo de su cadena de suministro será básico contar con la cooperación de todos los integrantes de ese proceso. Y de ahí la importancia y la necesidad de formación e información, así como la voluntariedad de las partes. Los pasos que seguir para alcanzar esos objetivos deberían ser los siguientes:

  • Revisar los criterios que se están siguiendo actualmente para evaluar si se corresponden con la política de responsabilidad corporativa que ha elegido la empresa y si se introducen los criterios de sostenibilidad. ¿Cuáles pueden ser estos criterios?
    • Certificaciones que garanticen el cumplimiento normativo global y que aseguren elementos específicos de gestión responsable, o los que certifiquen una procedencia de la materia prima con el menor impacto medioambiental posible.
    • Compromiso de reducción de emisiones, vertidos y del consumo de energías.
    • Gestión sostenible de los productos al final de su vida útil con el uso de envases y embalajes reciclables y ecológicos.
    • La gestión de compras ha de ser coherente con la estrategia global de la empresa y de sustentabilidad de la cadena de suministro.
  • Clasificar a las empresas proveedoras en función de su riesgo asociado, es decir, tener en cuenta cómo este proveedor adquiere o fabrica sus productos.
  • Realizar una gestión sostenible de los transportes. Uno de los elementos clave a la hora de promover una cadena de suministro sostenible es la movilidad. Así es que hay que hacer una apuesta decidida por las innovaciones que sean necesarias para alcanzar la ecomovilidad y reducir al máximo los efectos nocivos y los gastos.
  • Informar y comunicar todo este proceso realizado a través de la memoria de sostenibilidad, de un informe adhoc en relación a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, etc. Éste sería el último paso para alcanzar la integración de los ODS en la cadena de suministro.

Motivos por los que fomentar esos nuevos valores más sostenibles

  • Cumplir con una regulación que cada vez es más estricta. La incorporación de la sostenibilidad en las cadenas de suministro constituye en sí misma una competencia fundamental que debe comprender la transformación logística en colaboración con la normativa europea. La tendencia legislativa al alza es responsabilizar a las empresas en este propósito.
  • Una estrategia sostenible promueve la innovación y el compromiso de los empleados. Esta apuesta es del agrado del consumidor final y le diferencia de la competencia. Se trata también de una excelente oportunidad para gestionar riesgos, para identificar nuevas oportunidades a partir de una relación más estrecha con los proveedores, para reforzar la confianza de los grupos de interés y para mejorar el posicionamiento de la empresa.
  • Disminución de costes. Con una estrategia sostenible se reduce el consumo a lo largo de la cadena de valor. No es más que una consecuencia de lograr una mayor eficiencia en los procesos productivos y en el consumo de materias primas y energía.

Mejora de la reputación. La gestión de una cadena de suministro sostenible ayuda a poder detectar cualquier riesgo que pueda dañar la reputación de la empresa.

 

Elena López Silva

Directora de Ingeniería Social

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