El Port de Barcelona ha cerrado el año 2023 con una cifra de negocio de de 189 millones de euros (+4,4%), una cifra histórica que supera el récord de 181 millones de euros alcanzado en 2022. Este incremento viene dado, principalmente, por la finalización de los beneficios que se aplicaban dentro del Plan de Recuperación que el Port de Barcelona puso en marcha en el año 2021 para paliar los efectos del Covid en la actividad portuaria y que, desde el inicio de la pandemia, ha supuesto una ayuda a la Comunidad Portuaria de 27,6 millones de euros.
A pesar del incremento de facturación, el resultado de explotación del Port de Barcelona ha sido de 44 millones de euros, un 18,5% menos que el año anterior debido a un alza en el gasto, tanto en el ámbito operativo, con incrementos en el mantenimiento de las infraestructuras y de los sistemas informáticos, como en el ámbito de personal, contabilizando los atrasos pactados, y el aumento salarial de los trabajadores de la administración pública. En este apartado también se incluyen los gastos derivados de la aplicación del acuerdo con el Ayuntamiento de Barcelona para concentrar las terminales de cruceros en el muelle Adossat.
El endeudamiento bancario se ha reducido en 18 millones de euros y se sitúa en 124 millones, con uno ratio sobre los fondos propios de la Autoridad Portuaria del 8%. Este dato, junto con un cash flow operativo de 101 millones de euros y un saldo de tesorería de 325 millones de euros, garantizan al Port de Barcelona la robustez financiera suficiente para dar “un importante salto cualitativo en el esfuerzo inversor por dar respuesta a las necesidades operativas de presente y de futuro de la Comunidad Portuaria”, tal como ha explicado Lluís Salvadó, presidente del Port de Barcelona, durante la presentación de los resultados económicos y de tráfico del ejercicio de 2023.
Los buenos datos económicos “nos protegen de los efectos derivados del entorno macroeconómico y geopolítico de estos últimos meses y nos sitúan en una posición inmejorable para entomar los grandes proyectos a los que el Port se enfrenta en los próximos años y que, sin duda, requerirán de importantes políticas y acciones financieras”, ha remarcado Miriam Alaminos, subdirectora general y responsable de Económico Financiero del Port de Barcelona, en su intervención.
Durante el repaso a los datos económicos, Miriam Alaminos ha recordado que “el Port de Barcelona se mantiene como el principal contribuyente al sistema general de puertos del Estado mediante los diferentes instrumentos de solidaridad que prevé la Ley de Puertos, aportando el 4% de los ingresos por tasas para el sostén de Puertos del Estado; el 4% del cash flow para el Fondo de Solidaridad Interportuario y el 1% del cash flow para dotar el fondo Puertos 4.0”.
Con respecto a la Corporación Port de Barcelona, con 16 empresas participadas y la Fundació CARES, con participación a través de CILSA, la facturación agregada del grupo sumó durante 2023 un total de 344 millones de euros. El número de profesionales trabajando en todas estas entidades ha sumado 1.481 trabajadores.
Tráficos de 2023
Con respecto al tráfico de mercancías, el Port de Barcelona ha movido 64 millones de toneladas durante el último año, registrando un descenso del 9,8% “fruto de un contexto internacional complejo, con un número de conflictos geopolíticos en aumento, baja demanda a nivel europeo y un enfriamiento importante de las exportaciones, así como una comparativa con el año 2022 en que batimos el récord de tráfico”, ha recordado José Alberto Carbonell, director general de la institución.
Aun así, el tráfico de hinterland, es decir, las mercancías de exportación y de importación que salen y entran por el Port de Barcelona (sin taras ni tránsitos), ha experimentado un mejor comportamiento, sumando 33,7 millones de toneladas y un descenso del 4,3%. Eso es debido a que los tráficos que más han caído han sido los tránsitos, tanto de contenedores como de líquidos a granel, que son los de menos valor añadido y que tienen menos impacto positivo en la economía local.
En contenedores, el Port de Barcelona ha registrado un movimiento de 3,3 millones de TEUs, un 7% menos que un año antes. El retroceso de este grupo de mercancías ha venido dado principalmente por los tránsitos (-20%), muy volátiles y que dependen de las decisiones estratégicas de las navieras. Y por las exportaciones (-12%), que han tenido un comportamiento muy débil durante todo el año y que han sufrido descensos en prácticamente todos los sectores: química, bienes de equipamiento, alimentación, piensos y productos manufactureros diversos. Las importaciones, sin embargo, se han mantenido con respecto al tráfico de 2022 (-1%). El cabotaje ha cerrado con un notable crecimiento del 18%.
China, los Estados Unidos y Turquía son los principales socios comerciales del Port de Barcelona con respecto al comercio de mercancías en contenedor, con cuotas de mercado que suman el 26,7% el 5,8% y el 4,9%, respectivamente.
Barcelona, hub del coche eléctrico
Muy diferente ha sido el comportamiento de los automóviles, uno de los tráficos con más valor añadido, que han experimentado un notable crecimiento del 33,7%, sumando 790.000 unidades. Este incremento se extiende a exportaciones, tránsitos, cabotaje y, sobre todo, importaciones, que han batido el récord con 246.000 unidades y un incremento del 54%, superando en un 16% el anterior récord alcanzado en el 2017 (238.723 unidades). Este hecho ha sido posible al consolidarse una tendencia que empezó el año 2022: el Port de Barcelona se ha convertido en el principal hub de entrada de los vehículos eléctricos fabricados en la China para el sur de Europa y el Mediterráneo. De hecho, el 34% del total de vehículos importados a través del Port de Barcelona son eléctricos y de éstos, el 92% proviene de China. Las exportaciones, por su parte, crecen un 26%.
También registran un récord los sólidos a granel con un movimiento de 4,8 millones de toneladas y un crecimiento del 5,6% con respecto al año 2022. El resultado positivo se explica, sobre todo, por el aumento del 15% en las importaciones debido a los fuertes crecimientos de los cereales (+34%) y el haba de soja (+14%). Con respecto a los cereales y harinas, la subida se concentra en el trigo y se explica por la mala cosecha debido a la sequía, lo que comporta un incremento sustancial de las importaciones con el fin de cubrir las necesidades de la demanda.
En el grupo de los líquidos a granel, el movimiento alcanzado el año 2023 ha sido de 13 millones de toneladas, con un descenso del 17,1% producido, principalmente, por un descenso de los productos petrolíferos en tránsito, especialmente la gasolina (-54%) y las importaciones de GNL (-20,5%). En relación con los tránsitos de gasolina, los precios del petróleo a la baja a lo largo del 2023 y la debilidad de la demanda no han propiciado el interés de los operadores para su almacenaje. Con respecto al gas natural, la demanda en todo el Estado está a niveles bajos debido, principalmente, al mayor uso de las renovables para la generación de electricidad y por unas reservas en máximos desde 2022, cuando los tanques se llenaron ante el riesgo de desabastecimiento por los efectos de la guerra de Ucrania.
El tráfico ro-ro ha alcanzado las 414.000 UTIs, prácticamente en línea con los resultados de 2022 (-1,3%). Y con respecto al pasaje, el movimiento de personas en el Port de Barcelona ha crecido un 34,9% debido a un alza en el empleo de los barcos que han operado en el Port durante 2023. El incremento en el movimiento de cruceristas ha sido de un 52,9% respecto del 2022 (3,5 millones de movimientos), que fue un año afectado por el Covid. En cuanto a la tipología de pasaje de crucero, los movimientos de puerto base (los que más valor aportan a la economía catalana) suman el 53% mientras que el tránsito representa el 47%. En el caso de los ferris que navegan a las Islas Baleares, Italia y el Norte de África, el movimiento de personas se ha incrementado en un 8,7%.