Impulso de la sostenibilidad en la actividad logística

Hablar de sostenibilidad significa desarrollar nuestra actividad sin comprometer las necesidades de futuras generaciones. Abarca por tanto muchos ámbitos, pero los más relevantes son los que están en riesgo, como la sostenibilidad ambiental, la energética, la social, la económica, etc. Voy a centrarme en la sostenibilidad ambiental, y en ciertas claves para promoverla desde la actividad logística.

Existen múltiples indicadores, estudios e informes que nos proporcionan datos sobre las emisiones que se generan a partir de las distintas actividades de la cadena de valor del sector logístico. Como en todo proyecto profesional o de vida, antes de decidir cómo abordarlo, hay que realizar un análisis realista y práctico del reto al que nos enfrentamos, para poder diseñar la mejor estrategia y planificar de forma óptima nuestras actuaciones, con prioridades bien establecidas.

El libro “How to avoid a Climate Disaster”, de Bill Gates, de 2021, es una lectura recomendada, sobre todo por su capacidad de situarnos en cuanto a cómo valorar la importancia de los proyectos relacionados con la reducción de emisiones de gases efecto invernadero para evitar una catástrofe medioambiental, con el objetivo de alcanzar las cero emisiones mediante un plan asequible y siempre orientado a resultados. Simplificando, debemos impulsar aquellos proyectos que nos ayuden a reducir más emisiones, siendo económicamente sostenibles.

Así, antes de entrar a analizar cómo podemos impulsar la sostenibilidad en el ámbito logístico, deberíamos tener claro donde estamos. Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, en España la logística es responsable de un 25% de las emisiones de CO₂ a la atmósfera.

En el desglose de estos datos está la clave: Y más del 90% de estas emisiones son causadas por el transporte por carretera. El resto, se divide entre el transporte aéreo, el marítimo, y el ferroviario, y el almacenaje.

Con esta información, que nos sirve de guía, podemos pasar a abordar nuestro plan de sostenibilidad como agente de la cadena de valor de la logística. El plan variará en función de nuestra actividad, y deberá estar siempre orientado a proyectos que podamos asumir y que contribuyan al máximo a la reducción de emisiones. Tengamos en cuenta que podemos establecer proyectos a corto, medio, y largo plazo, según costes, recursos disponibles, complejidad y tiempo de implantación para obtener resultados.

Algunas de las claves y ámbitos principales en los que impulsar proyectos de sostenibilidad, serían: 

1. Trabajar en la reducción al máximo de las emisiones que genera el transporte por carretera:

a) Planificar la transformación de las flotas a vehículos cero emisiones. Ciertamente tiene un coste económico y técnico importante, pero debe hacerse. Hay que abordarla poco a poco, no sólo por los recursos que requiere, sino porque es conveniente probar distintas tecnologías y tipos de vehículos, y además requeriremos de nuevas implantaciones de infraestructuras y procesos, turnos, horarios… Los vehículos cero emisiones necesitan “repostar” de modo distinto, y tendremos que reorganizar nuestras rutas y flotas.

b) Priorizar el transporte mediante medios más sostenibles, como el ferroviario o el marítimo.

c) Utilizar la tecnología para optimizar las rutas al máximo, y reducir así tiempos y distancias a recorrer. La sostenibilidad en la logística requiere también, en este sentido, de una reeducación del cliente. La tendencia de necesitar “ya” nuestra demanda, no es coherente con la sostenibilidad. La optimización de rutas al máximo requiere poder flexibilizar los tiempos de espera. Al otro lado de la cadena, el cliente, deberá modificar su comportamiento respecto a pedidos y stock, tratando de gestionarlo con criterios no sólo económicos, sino también sostenibles.

Los sistemas de seguimiento de flotas son muy útiles en este sentido, pues nos permiten monitorizar y optimizar el uso de los vehículos, además de facilitar el seguimiento de los productos, sea para informar al destinatario o para cualquier otro uso.

Los datos son clave. No todos, unos más que otros, sin olvidar que debemos recogerlos y analizarlos con inteligencia, una vez más, sin dejar de lado nuestros objetivos para lograr resultados e impacto.

2. El packaging:

a) Es necesaria la reducción del uso de envases para minimizar la generación e residuos, por un lado, y por otro, hay que diseñar desde el inicio envases con materiales sostenibles, y pensar en optimizar la eficiencia en el transporte, con peso y volumen mínimos y fáciles de almacenar.

b) El diseño, la elección y la gestión del envase debe orientarse a la reutilización y el reciclaje.

3. La digitalización del almacenamiento:

Actividad clave en los procesos logísticos. En su contribución a la sostenibilidad ambiental debe aportar la inteligencia necesaria para adaptarse a los nuevos procesos y rutas, para proporcionar la agilidad, la flexibilidad y el seguimiento que requiere cada vez más intensamente la actividad logística, y en especial para avanzar hacia los proyectos descritos en los puntos anteriormente enunciados.

Todos estos proyectos necesitan de la colaboración con nuestros proveedores y clientes, pero también con otros agentes clave, como infraestructuras logísticas, administraciones públicas o centros tecnológicos. Muchos de nuestros proyectos no podrán tener el impacto deseado si no forman parte de un sistema integrado con nuestros colaboradores.

Sirva como ejemplo un proyecto de electrificación de flota de vehículos, que necesita de cooperación con nuestro proveedor de vehículos (p.ej. necesitaremos más vehículos, pues los periodos de carga son más largos), así como reorganización interna de rutas, cargas y trabajo, pero también requiere de infraestructura de carga disponible a lo largo de la ruta, proyecto que debe impulsar la administración pública competente (por cierto, en este sentido, en España tenemos 10 veces menos puntos de carga por habitante que en Noruega, y la mitad que en Reino Unido, tenemos mucho que avanzar en este sentido).

Otro ejemplo lo hemos visto con la optimización de rutas buscando la sostenibilidad, que necesita de un cambio en la mentalidad de los consumidores, que deben aceptar envíos menos rápidos con menor impacto ambiental.

En fin, como conclusión, dos principios básicos en el impulso de nuestros proyectos:

  • Analicemos nuestro impacto en la sostenibilidad e impulsemos proyectos enfocados al máximo impacto en sostenibilidad. A veces nos perdemos. Debemos impulsar aquellos proyectos que, siendo económicamente sostenibles, nos ayuden a reducir más emisiones.
  • Los proyectos hacia la sostenibilidad son frecuentemente parte de un sistema. Colaboremos con proveedores, busquemos aliados, involucremos a nuestros clientes, hablemos con las administraciones competentes para conocer planes y líneas de ayuda, y por supuesto, para compartir nuestras necesidades.

Neus Olea

Directora

AEMES Smart – Asociación de Empresas de Movilidad y Entorno Sostenible y Smart

Fecha del Taller: