La Cámara de Comercio de Barcelona ha presentado el informe de coyuntura del primer trimestre. Las previsiones de ralentización de la economía española y catalana, presentadas a finales del año pasado, no se están cumpliendo. Todo lo contrario, los datos confirman que la economía catalana mantiene un buen ritmo de crecimiento en el primer trimestre, claramente por encima del 3%.
Según estimaciones propias del Gabinete de Estudios de la Cámara y AQR-LAB de la UB, el PIB de la economía catalana ha aumentado un 0,7% en tasa intertrimestral, y podría seguir creciendo al mismo ritmo en el segundo trimestre. Este crecimiento es sólo una décima inferior al 0,8% del cuarto trimestre de 2017 estimado por el Idescat. Por otra parte, es idéntica a la estimación hecha por el Banco de España para la economía española en el primer trimestre (0,7%). De acuerdo con estas previsiones, el crecimiento interanual del PIB habría sido del 3,3% en el primer trimestre y del 3,1% en el segundo.
El comportamiento del empleo también muestra que la economía catalana mantiene el dinamismo, ya que el número de afiliados en Cataluña vuelve a registrar un mayor crecimiento que el conjunto de España. Concretamente, crece un 3,7% en el primer trimestre, respecto al 3,4% del trimestre anterior.
La mejora de la situación económica en Cataluña tiene que ver con el favorable contexto exterior y hay que recordar que la economía mundial ha crecido el 3,9% en 2017, seis décimas más que el año anterior, y que el comercio mundial también ha acelerado su crecimiento. Para una economía abierta y competitiva como la catalana esto ha supuesto un notable impulso de sus exportaciones, que han crecido por encima de las españolas y de las europeas. Esto ha permitido que el crecimiento de la economía catalana fuera más equilibrado que en el pasado, porque tanto la demanda interna con la demanda externa han tenido una aportación positiva.
Por otra parte, sectores como el turismo y el comercio, han retomado con fuerza el crecimiento en 2018.
También hay que tener en cuenta que las condiciones financieras siguen siendo muy favorables. Una vez las empresas han reducido su nivel de endeudamiento y las perspectivas económicas se consolidan, los bajos tipos de interés incentivan la inversión empresarial. Por ello, se prevé que en 2018 la inversión será uno de los principales motores del crecimiento y esto podría abrir una nueva etapa de crecimiento de la productividad a medio plazo, que debería traducirse en un aumento de los salarios.
Finalmente, la economía catalana mantiene una inercia positiva importante, que la Cámara de Comercio de Barcelona prevé dure todo el 2018 y 2019.