El proceso de descarbonización de una instalación logística se inicia con la implantación de diferentes medidas de ahorro que permiten reducir la demanda de la energía. En este sentido es vital buscar el equilibrio entre eficiencia energética, bienestar y seguridad de los usuarios. Para ello se fomenta la aplicación de altos estándares en ambientes interiores, como en lo referido a la calidad del aire, la iluminación o estilos de vida saludables. Todo ello mejora el bienestar, la productividad, la seguridad y la satisfacción de las personas que viven o trabajan en los edificios.
Dejando de lado normativa vinculante existente, como el CTE, que p. ej. ya obliga a regular la iluminación en zonas cercanas a ventanas, existen, otras muchas medidas de apoyo a la eficiencia energética, que van desde ayudas y subvenciones promovidas por el IDAE, el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) a certificados energéticos de iniciativa privada como el LEED, BREAM, etc. que impulsan nuevos modelos de auditoría sobre la sostenibilidad de edificios nuevos o existentes. Estos certificados analizan rigurosamente multitud de parámetros facilitando a inversores, propietarios, gestores y usuarios información muy valiosa sobre los edificios. Información que permite adoptar políticas de sostenibilidad y de revalorización de estos.
Gracias a las cuantiosas inversiones desplegadas en los últimos años, el sector logístico en España ha alcanzado un grado de madurez y excelencia remarcable, convirtiéndose, actualmente, en una actividad estratégica a seguir también dentro del plan de reducción de consumos y emisiones CO2 del país. Aunque la gran diversidad de instalaciones existentes hace difícil modelizar con precisión el consumo energético especifico de la actividad logística, si tomamos como base el documento del IDAE del 5/11/2003, “Sector de edificación” perteneciente a la estrategia de ahorro y eficiencia energética en España 2004-2010, podemos identificar los principales consumos dentro un centro logístico como sigue: refrigeración (33%), iluminación (29%), calefacción (28%) y ventilación (10%) entre otros.
La gran superficie de las instalaciones logísticas y el alto peso específico del consumo en iluminación en ellas conllevan la necesidad de contar con una gestión eficiente de la iluminación que permita optimizar el balance energético y económico de estas actividades económicas. Para ello, se recomienda implementar sistemas de iluminación inteligente, que aprovechen al máximo el aporte de luz natural y tengan en cuenta la presencia o no de personas en la zona.
Un buen diseño de iluminación debe incluir necesariamente un sistema de control adecuado. Más allá de la propia iluminación, los sistemas de control juegan un papel fundamental en las instalaciones, permitiendo automatizar funciones que reducen los costes energéticos, mejorando la sostenibilidad y seguridad y adaptándose a las necesidades de los diferentes espacios. Adicionalmente, los sistemas de control permiten, también, medir el consumo realizando un seguimiento de este que evite derroches.
En general, los sistemas de control de iluminación están compuestos por sensores (de presencia y crepusculares) que toman datos en diferentes zonas de manera sistemática. En base a los datos recopilados, el controlador principal envía las órdenes pertinentes a las luminarias. El controlador dispone de un microprocesador que, partiendo de los datos y aplicando un algoritmo, decide en cada momento cómo ajustar o no la potencia de consumo y en qué medida.
La correcta definición de las zonas a controlar es un aspecto básico a la hora de diseñar el sistema, ya que determina sobre que zonas actúa cada controlador. Una zona de control se define como una o más luminarias supervisadas simultáneamente por un punto de control. Cuantas más zonas de control se definan mejor será la adecuación y flexibilidad y, por tanto, mayor el ahorro energético que se genera. Las zonas se definen habitualmente en función de las tareas a realizar, su flexibilidad, el uso del espacio, los equipos de iluminación, etc. Así, por ejemplo, en un centro logístico siempre será muy importante diferenciar los pasillos de estanterías, de la zona de picking o de los muelles de carga por citar algunos ejemplos.
El cambio a iluminación LED en combinación con el despliegue de un buen sistema de control inteligente puede generar una reducción en el consumo eléctrico de iluminación de hasta un 90%. Hay que tener en cuenta que reducir el tiempo de encendido en función de la presencia e integrar el aporte de luz natural por lucernarios o ventanas disminuyen considerablemente el consumo de energía. Además, el menor tiempo de uso va a revertir en una prolongación de la vida útil de las luminarias. Además, aún en el caso de que la instalación ya cuente con iluminación LED, implementar un sistema de control nos permite reducir todavía más el consumo de energía (hasta un 60% adicional), haciendo buena la premisa de que la energía más barata es aquella que no se consume.
Si, además, el control de iluminación se integra con otros sistemas del edificio, como por ejemplo HVAC, accesos, videovigilancia etc. puede alcanzarse un 10% de ahorro adicional, que no solo impacta en iluminación, sino también sobre el resto de los consumos (calefacción, aire acondicionado, ventilación, etc.)
En conclusión, nuestros edificios son parte fundamental de nuestra actividad económica y, por tanto, piezas clave en la descarbonización de nuestra economía. La automatización de edificios y, en concreto, el control de iluminación contribuye activamente a una gestión energética eficiente y sostenible, que además mejora la experiencia de sus usuarios creando lugares de trabajo más agradables y seguros.
Auditoría energética gratuita del sistema de iluminación de tu instalación logística
Los retos energéticos del sector logístico se basan en la mejora de la eficiencia, la reducción de consumos y el aumento de valor del activo logístico. La iluminación es, tras el sistema de climatización, el factor de coste más importante en la operativa de la actividad logística. Entonces: ¿cómo reducir la factura eléctrica?, ¿cómo mejorar la eficiencia de la instalación? Y ¿cómo revalorizar el activo logístico gracias a la descarbonización?
B.E.G., empresa multinacional alemana especialista en control de iluminación y automatización de edificios con una larga experiencia asesorando a empresas en cómo mejorar la eficiencia de sus instalaciones, pone su know how a disposición de los socios de BCL.
Ofrecemos la posibilidad de realizar gratuitamente una auditoría energética del sistema de iluminación de tu instalación logística para determinar su rendimiento energético actual, el potencial de mejora y los planes de acción orientados a maximizar su eficiencia.
La auditoría gratuita consta de las siguientes fases:
- Toma de datos de las instalaciones
- Análisis de consumos energéticos
- Definición de las medidas de ahorros
- Desarrollo del Plan de acción en función del periodo de retorno simple
- Estudio de financiación, ayudas y subvenciones
La auditoría y los planes derivados permiten a la propiedad y/o arrendatario de un centro logístico:
- Conocer mejor su instalación actual (puntos fuertes y débiles)
- Reducir el consumo energético
- Obtener un ahorro económico a corto plazo
- Mejorar la imagen corporativa (RSC)
- Revalorizar los activos hasta en un 10%
- Acceder a ciertas licitaciones con restricciones medioambientales
- Obtener financiación para desplegar los planes
- Mejorar la ergonomía y bienestar de los equipos y por ende su rendimiento
Un ejemplo de ahorro en un centro logístico
Automatizando la iluminación de un centro logístico con 200 campanas LED se pueden conseguir unos ahorros de 10.094 € en la factura de la luz y amortizarlo en menos de 1 año.
Estos datos son resultado de un centro logístico con 200 campanas LED de 150w, precio de la energía 0.23€/kw, 3.243 horas de funcionamiento al año. Para calcular los ahorros aportados por el sistema de control nos basamos en la normativa alemana DIN V18599.
Luis Claver Bernal
Country Manager B.E.G. Hispania S.L.U.